Messi en crisis

Leo Messi está en crisis. No levanta cabeza. No mete goles. No asiste. Se arrastra por el campo de una manera vergonzosa. No se ofrece, no arranca, está lento, es demasiado individualista, no celebra los goles con los compañeros...Recuerda a Ronaldinho en sus últimos y calamitosos años. Dos destellos y poco más. No es aquel Balón de Oro que nos deslumbraba con sus carreras. Ahora es apático y sin ritmo, hasta se le ve sin ganas.

Después de este primer párrafo irónico en el que muchos culés me habrán puesto a parir va lo de verdad. Messi es Messi y ha decidido partidos sin estar fino. Porque es el mejor aunque no lo esté. Anoche volvió a salirse por la sencilla razón de que el juego del Barça volvió por sus fueros y ese cambio tiene nombre y apellidos: Andrés Iniesta Luján. Un futbolista que suma al toque una profundidad y un desequilibrio que resulta armonioso pero que es letal. Cuando le dejan pensar saca de la chistera jugadas que solo pasan por su cabeza. Hizo mejor a Cesc, que andaba errático y fue de los mejores del partido gracias a su socio.

Pero Messi es la quinta marcha. A la armonía del juego culé le mete el zafarrancho de tres cuartos en adelante. Empieza todo a cocerse desde atrás y cuando él la engancha el juego se revoluciona y gana una velocidad que no tiene sin el argentino. Es él quien empieza jugadas que él mismo acaba. Es el mejor combinando y finalizando.



Pero para combinar necesita socios que le entiendan. Iniesta y Cesc son sus mejores socios y Xavi el jefe de todos. La ausencia de Xavi e Iniesta en los últimos partidos se ha visto reflejada en todo, aunque Messi haya seguido asistiendo y/o goleando. El partido de ayer ante el Valencia fue un auténtico baño. Pero hubo otra pieza clave en el juego culé que todo el mundo obvia: Sergio Busquets. Segurola dice que es el tesoro mejor guardado del fútbol mundial. Para mi es el mejor mediocentro para el estilo culé. Además de todo lo que roba, combina y lee los espacios mejor que nadie. Ayer se le vio presionando en el córner del Valencia, regateando en la otra banda, tapando y ayudando a los centrales.

Lo cierto es que de primera hora se veía que el Barça era otro. La primera posesión del partido para el Barça llegó a botas de Piqué presionado por Soldado. Rápidamente tanto Cesc como Busquets bajaron corriendo a ayudar a su compañero y empezar la jugada tocando desde atrás. Es algo que el Barça había perdido en los últimos partidos, ese pasito atrás de todo el equipo para empezar y ayudar.

Otro punto a favor es la irrupción de Tello, en mucha mejor forma que Pedro. Es desequilibrante, veloz y goleador. Abre el campo y tiene un uno contra uno espectacular y un descaro impropio de un jugador con ficha del filial. Es muy bueno y Pep lo sabe.

En definitiva, el Barça y Messi se han recuperado la esencia de su juego. Porque la esencia de este juego es el centrocampismo de toque y no hay nadie en el mundo que sepa jugar a esto mejor que Xavi e Iniesta.