domingo, 19 de febrero de 2012

Entrevista en ABC a SuperGarcía


Mi referente absoluto en esto del periodismo se llama José María García. Para mí de los últimos periodistas que buscaban la noticia en lugar de que la noticia lo buscara a él. El azote del poder y de los que lo poseían. La voz de las noches de muchos españoles. Ya advirtió que el poder de unos pocos acabaría con los medios de comunicación informativos. Y así ha sido. El periodista en gran parte se dedica a esperar sentado la noticia de turno que le filtra cualquier medio interesado. Así es más cómodo y se gana más dinero. Y así se va perdiendo la esencia de esta profesión.

Yo me considero contador de cosas. Como él diría. A eso nos debemos. Esta entrevista en el diario ABC trata el canon absurdo que tienen que pagar las radios. Allí va SuperGarcía al ataque:






José María García vuelve al ataque. Retirado ya de la radio, el incombustible periodista recibe a ABC para ofrecer su análisis de todo lo que está sucediendo entre la Liga y las radios.

—¿Cómo ve el conflicto del canon?

—Es un auténtico despropósito, con dos culpables, no únicos, pero sí máximos: don Jaume Roures y don Javier Tebas. El fútbol sin radio no se entiende y la solución es facilísima. Nosotros pagamos, pero también cobramos. Me explico. La radio hace del fútbol un espectáculo y le dedica horas y horas. Perfecto. Eso hay que pagarlo, por parte de las radios. Pero la radio está siete días calentando el partido, llenando el estadio, y eso también se paga, por parte de los clubes.

—¿Exactamente qué propone?

—En fútbol, estamos de domingo a domingo con las mayores soplapolleces; que si Cristiano Ronaldo tiene un callo, que si a Messi le pica la nariz... Entonces, señores de la LFP, marquen ustedes un canon acorde con la medición de audiencias. No puede pagar lo mismo una cadena de radio como la COPE o la SER que una local. Luego las radios hacen lo mismo con la Liga. Cogen y dicen: «Real Madrid: esta semana le hemos dedicado tantos minutos. Esto es lo que nos tiene que pagar». ¿Que no se hace eso? Pues las radios se limitan a la información, a los resultados. Alguien pensará «¿de qué va a hablar el lunes, el martes, el miércoles, etc. durante una hora?». Facilísimo. La radio se dedicará a contar la vida y milagros de los dirigentes e implicados. Cómo Florentino Pérez ha llegado a la presidencia, cómo Roures pasa de ayudante de producción a levantar un imperio o cómo Javier Tebas pasa de hundir equipos a ser el capitoste de la Liga.

—Si un equipo paga, ¿no se convertirían las noticias en propaganda?

—Esto duraría un mes. Se darían cuenta de lo absurdo y volverían a dejarlo todo igual. Porque aquí el único problema, insisto, se llama Jaume Roures y Javier Tebas. No es más que una medida de presión del primero para intentar salir de la ruina.

—Hay quien apuesta por una intervención del Gobierno...

—El gobierno que resuelva lo de los cinco millones de parados. Esto lo tiene que resolver la gente del fútbol. Pero a los sitios hay que llegar con la lección aprendida. Una cosa es tener poca preparación, y otra, que es lo que pasa, no tener ni puta idea.

—Visto así, no parece que el conflicto vaya a terminar...

—Eso depende del sentido común, aunque tampoco podemos esperar mucho de él. Pero yo creo en la solución, y pasa porque cada uno valore lo suyo. Están condenados a entenderse porque hoy también es difícil pensar la supervivencia de la radio sin el fútbol. Aunque con una particularidad; durante mucho tiempo la radio ha sido el medio más fiable por su credibilidad, por su investigación, porque una noticia no era noticia si no la contrastabas y ahora es todo lo contrario.

—¿A qué se refiere?

—¿Cuánto tiempo le dedicaba yo al deporte y cuánto a la investigación y a la denuncia? No he visto a nadie que haya hecho la menor investigación sobre el señor Roures o sobre su adlátere destacado, que no brillante, Don Juan Ruiz de Gauna.

—¿Cree que es por falta de agallas?

—Porque la radio ya no lo hace. Yo he dejado de escuchar la radio y de ver la televisión porque me da vergüenza. Todo el rato «jajaja-jijiji». Me parece que es algo detestable, pero claro, es lo que tenemos. Investigar es caro y peligroso.

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