domingo, 29 de enero de 2012

Un monumento al tenis


Esta será la primera entrada no destinada al fútbol que haga en este blog. Pero el partido de hoy lo merece. La final del Open de Australia 2012 ha sido un monumento al tenis. Los artistas han sido Novak Djokovic y Rafael Nadal. El resultado ha sido 5-7 6-4 6-2 6-7 7-5. El tiempo: 5 horas y 53 minutos desde el saque inicial hasta el golpe final del serbio. Todavía estoy temblando de la emoción. Todo un espectáculo.

Se aventuraba una final épica pero no tanto. Djokovic llegaba después de una paliza física importante ante Murray y con un día menos de descanso. Rafa llegaba después de un manotazo encima de la mesa ante Federer, al que tiene cogida la medida. Parecía cantado que si el partido llegaba al quinto set Rafa ganaría el partido. Pero no fue así. Ya en el primer set la cosa apuntaba a pegarse al sofá durante un puñado indeterminado de horas. Rafa empezó metido en el partido, sacando bien, agresivo y luchador. Algo había cambiado. Nole estaba frío e impotente al ver a Nadal cambiar por completo su estilo. Rompió el saque pronto Nadal pero, cuando tenía que cerrar el set, se encontro con una rotura a favor del serbio. Empate a 5. Pero la certeza de que algo estaba cambiando llegó cuando Rafa volvió a quebrar en seguida al serbio y ganó el primer set. La cosa pintaba bien. Nadal tenía una seguridad en su juego bastante inusual ante Djokovic.

Pero la bestia despertó. A base de empuje el serbio fue minando el ataque del manacorí, que fue saliéndose de la pista cada vez más mientras Djokovic se metía de lleno. Se llevó la segunda manga y la tercera fue un paseo. Nadal se parecía ya del todo al que sucumbía ante el serbio con más facilidad de lo normal y se llegaba al cuarto set con Djokovic lanzado y Rafa hundido. O eso parecía.

Se atisbaba un paseo militar del serbio pero Rafa no se rinde jamás. Poco a poco volvió a meterse en pista. Su saque le volvía a funcionar, sus golpeos iban cada vez mejor dirigidos y su agresividad le hacía ganar puntos imposibles. Pero el serbio es de hielo. Su mentalidad ganadora está a la altura de la de Nadal. No se descompuso y aguantó hasta el tie-break. Tuvo un 5-3 a su favor pero Rafa se puso el disfraz de gladiador por enésima vez y remontó el partido. Iguales a 2 sets y un quinto set que, en teoría, beneficiaba más a Nadal debido al desgaste que sufrió Nole ante Murray.

Y así comenzó. Por primera vez en el partido se veía a un Djokovic asustado y cansado y a un Nadal poderoso. El serbio empezó con su habitual repertorio de gestos al verse arrollado por el manacorí. Los primeros juegos se sucedían de la misma forma. Un Nole ganando su saque a duras penas y un Nadal que los ganaba en blanco. Hasta que llegó el break. 4-2 y saque. Momento soñado por Nadal. Que se convirtió en pesadilla.

Hay un punto que no se nos va a olvidar nunca. Con 30-15 para el de Manacor, Nole realizó una dejada demasiado larga y Nadal corrió como un poseso a rematar la faena. El serbio subió sin fuerzas y casi aceptando su destino y Rafa, incomprensiblemente la manda al pasillo por muy poquito. Puede ser el cansancio, el ansia de terminar cuanto antes, miles de cosas. Pero esa bola a la postre fue definitiva.

Djokovic rompió ese saque y se adjudicó el suyo con suma facilidad. Mientras, a Rafa le empezaban a pesar las piernas. Sin embargo el serbio se recompuso físicamente y echó el resto para finiquitar. Los últimos puntos fueron un suplicio para Nadal, que ganaba los suyos con un esfuerzo sobrehumano mientras a Djokovic le salía todo. El serbio volvió a romper con 5-5 para ponerse 6-5 y cerrar el torneo con su saque. Todo parecía cantado pero Rafa no quería despedirse sin pelear hasta la última gota de sudor. Levantó un 30-15 para ponerse 30-40. Pero ahí termino. Dos puntos seguidos del serbio le daban el título. Su quinto Grand Slam. Y su hegemonía seguía intacta.

Rafa Nadal cometió demasiados fallos a lo largo del partido. Muchas bolas a la red de manera incomprensible. Pero es cierto que arriesgó más. Se decidió a atacar y eso puso a Djokovic contra las cuerdas. Parece que ha encontrado la fórmula. Le falta un poco más de regularidad en ese nuevo estilo tan agresivo. De momento el saque lo mejoró y mucho. Para ganar al serbio eso es fundamental porque es, posiblemente el mejor restador del circuito. Por eso tiene tantos problemas con Federer. Si Rafa consigue que su saque sea otra de sus muchas virtudes podrá, de una vez, derrotar al número 1 del mundo.

1 comentario:

  1. Moy, colega, me tienes cansado de repetirlo: ERES un CRACK, sin haber visto el partido me has radiografiado la afrenta con todo detalle. Pronto te veremos con Pepe Domingo haciendo una ronda informativa. FJC

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