lunes, 7 de marzo de 2011

Romario, el genio cansado


En la historia del fútbol han aparecido grandes delanteros y de todo tipo, Van Basten, Fontaine, “torpedo” Muller, Ronaldo, Kempes…pero si hay un delantero que sencillamente no está catalogado por ser absolutamente único en su especie, ese es Romario De Souza Faria.

Romario era una persona singular, era tan imprevisible dentro del campo como fuera, salía de fiesta como el que más pero luego era el peligro n.1 cuando saltaba al campo, podía pasarse 80 minutos en su mundo, totalmente desconectado y con cara de estar deseando irse a su casa…y terminar el partido con un hat-trick en 10 minutos con goles de una factura espectacular.

El mítico crack brasileño, paseó con su andar apagado y a la vez su magia inconfundible por los terrenos de juego de su país natal en tiempos distintos en las filas de Vasco de Gama, donde empezó a hacerse un nombre, en Psv Eindhoven, equipo en el que se convirtió en ídolo absoluto y que le sirvió para darse a conocer en Europa y llegar al Barcelona para lograr la liga española y varios trofeos individuales como pichichi y Balón de oro tras conquistar también brillantemente el mundial de Estados Unidos 1994 ( con la selección canarinha también logró la plata olímpica en Seúl 1988 donde se proclamó máximo goleador, 2 copas América, Copa confederaciones…etc).

Una vez que Romario volvió del mundial convertido en un héroe para su país, su actitud comenzó a chocar con la de Johan Cruyff y no tardó en pedir su traspaso a Flamengo, dada la típica “saudade” que tenía el astro carioca.

Posteriormente “el baixinho” volvería a España para jugar en el Valencia pero no terminó de encajar con alguien tan estricto como Luis Aragonés y aunque mejoró ligeramente su rendimiento con Jorge Valdano, terminó por volver de nuevo a Brasil para enrolarse en las filas de Fluminense donde volvió a encontrarse con parte de su mejor fútbol.

Sus últimos coletazos en busca de los ansiados 1000 goles los dio en países tan exóticos como Qatar o Australia, hasta volver a donde empezó, su Vasco de Gama para alcanzar la mítica cifra goleadora, nada menos que a los 41 años.

Romario era un genio, Valdano dijo de él que se trataba de un jugador de dibujos animados, una definición perfecta del juego del rey del gol. Entre las imágenes que nos ha regalado, nunca se olvidará el famoso regate de cola de vaca a Rafael Alkorta en el 5-0 endosado por el Dream Team al Real Madrid, un recurso absolutamente innovador que rompió la cintura al magnífico central vasco, aquella noche, Romario logró un hat-trick pero sin duda, el primer gol quedará en las retinas de los aficionados al buen fútbol para siempre.

Su repertorio de detalles técnicos era una autentica maravilla para la vista, caños, controles increíbles, elásticas, vaselinas impresionantes…y una definición ante el portero que más bien parecía de fútbol sala, usaba mucho la puntera y sobre todo, tenía la sangre más fría que se recuerde en un campo de fútbol.

Hoy en día, Sergio Agüero, nos recuerda en muchos detalles a Romario, ese cuerpo que parece estar incluso con algo de sobrepeso, una arrancada en 10 metros letal y esa puntera ante el portero, pero por muchos jugadores que aparezcan, es muy probable que jamás salga un delantero que sin cuidarse prácticamente nada, entrenando mucho menos de lo justo y en la mayoría de ocasiones con más ganas de que termine el partido que de que empiece, sea sin embargo el protagonista de la mayoría en los que participaba.

Romario simboliza a la perfección al jugador tocado con una varita mágica, un hombre que nació con un don para hacer algo concreto pase lo que paseo, Romario nació para hacer goles y hacer temblar defensas y porteros que no se podían fiar de un 9 que no se movía apenas para buscar el balón, que no paraba de bostezar y cuya mirada denotaba cansancio nocturno…el genio que llevaba dentro salía en el momento menos esperado. Franco Baressi llegó a decir que Romario era el jugador que menos le gustaba marcar, porque la tranquilidad del brasileño, lo ponía nervioso. Con eso se dice todo.

Grande Romario y grandes aquellas legendarias duplas como la “ Ro-Ro” que formó con Ronaldo, su gran sucesor, Con Bebeto o con Hristo Stoichkov y curiosidades como decir que si no salía de noche, no marcaba…por no hablar de que al llegar al Barça, prometió 30 goles y anotó el número 30 en la última jornada de liga en la que se proclamó campeón del campeonato español.

Muchos se preguntan ¿que habría pasado si los Romario, Mágico González, Djalminha, Cantona, Gascoigne o el legendario Garrincha se hubiesen cuidado y hubiesen unido a su fantasía futbolística, una personalidad más apropiada para el fútbol? Pues que sencillamente no serían ellos, porque su manera de entender el juego era la misma para vivir la vida.

Sólo queda esperar que en un fútbol tan táctico y encorsetado como el que vemos hoy, sigan saliendo gente que nos levanten del asiento…que sigan saliendo artistas, que sigan saliendo en definitiva, magos como el gran Romario.

Por Fran Salas Balbuena

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