jueves, 18 de noviembre de 2010

The Special One


José Mourinho. Ángel o demonio, ying o yang, cara o cruz pero no deja indiferente a nadie. Es genio y figura. No es sólo un entrenador más que ha ganado títulos, es que genera odio y admiración a partes iguales (o no tan iguales) allá donde va.

Como técnico lo ha ganado todo. Su única espina es la Champions que nunca ganó con el todopoderoso Chelsea de Roman Abramovich. Ahora se embarca en otro proyecto todopoderoso, aunque esta vez con más prisas como es el Madrid galáctico de Florentino.

Sus armas son las de siempre. Conseguir el apoyo total de un sector de la prensa, defensa a capa y espada de lo suyo, decir las cosas claras, trasladarse la presión y, sobre todo, hacer creer a sus jugadores que son los mejores.

Lleva poco tiempo en su segunda etapa en España (la primera fue en Barcelona) y ya va levantando ampollas a cada campo que va. La que se lió con Preciado fue sólo en principio de lo que nos espera esta temporada. De momento todo lo que dice o hace va en función a desgastar psicológicamente al eterno rival, el Barcelona.

Cada vez que habla tiene un sentido. Si no es para desestabilizar al rival es para desahogar de presión a sus futbolistas. Hasta tal punto ha llegado el efecto Mou que el mismísimo Cristiano Ronaldo ha sido relegado a un lugar mediático secundario.

Así es Mou, genio y figura

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