jueves, 7 de julio de 2011

Tragedia en el Monumental.


En el mundo del fútbol así como en cualquier ámbito de la vida, solemos cometer el error de pensar que ya lo hemos visto todo, sin embargo el destino nos reserva una sorpresa para el momento en el que menos podemos esperarla y en éste sentido, podemos hablar de un descenso de categoría de uno de los equipos más famosos del mundo, Ríver Plate.

Si a principios de temporada, alguien nos dice que un club como Ríver, con 110 años de historia iba a bajar a la división B del fútbol argentino, nos habríamos reído, sin embargo el temor que se iba apoderando de su hinchada se tradujo en una decepción sin precedentes cuando el 26 del pasado junio no pudo pasar del empate ante Belgrano en el mismísimo monumental.

Aquel día el mítico estadio presentaba un aspecto realmente intimidatorio, habían entrado incluso más personas de las que permite su aforo (con el riesgo que conlleva) y no dejó de alentar a su equipo durante todo el partido, pero no pudo ser, Pavone que empezó marcando, erró un penalti después y el gol de Belgrano fue sencillamente el zarpazo definitivo, la pesadilla se hacía realidad.

Aproximadamente 60.000 espectadores abandonaron el estadio con incredulidad, entre lagrimas, muchos de ellos perdiendo los papeles y destrozando todo a su paso, el estado de shock se extendió y toda Argentina se quedó atónita ante lo que acababa de presenciar. Incluso se vieron lamentables imágenes de aficionados que saltaron al campo a increpar e intentar agredir a unos jugadores destrozados moralmente.

Los hinchas de Boca Juniors se reían de su máximo rival sin pensar quizás en que acababan de quedarse sin su eterno oponente, éste año están huérfanos de ese vecino al que tanto odian deportivamente pero que al mismo tiempo necesita, como aquí ocurre con Barcelona y Real Madrid. El valor de tu victoria depende de la grandeza de tu rival.

Verdaderamente no había descendido un equipo, sino una historia repleta de éxitos, de repente muchos seguidores de cierta edad recordaron con nostalgia los tiempos de “La máquina” de aquellos cinco genios como fueron Muñoz, Moreno, Labruna, Pedernera y Loustau, otros recordaban los goles de “la saeta rubia” Alfredo Di Stefano al que la afición llamaba cariñosamente “el alemán” por el color de su pelo, recordaban al “pipo” Rossi o al gran Sivori.

Los más jóvenes echaron de menos a los ídolos mas recientes, como Mario Kempes, Ramón Diaz, Ruggeri, Pumpido, Enzo Francescoli, Batistuta, Ortega, Astrada, Hernán Crespo, Rambert, Aimar, Saviola, Ayala, Mascherano…cuánta calidad han visto los aficionados de Ríver y que mal presente están contemplando.

Ahora en plena conmoción, deberán tomar decisiones con frialdad, empezar de cero en una división en la que Ríver no está acostumbrado evidentemente a desenvolverse y donde será la diana del resto de equipos que lo verán como el rival a batir.

Podemos ver que hay jugadores que quieren volver a las filas de “los gallinas” para poner su granito de arena al proyecto que debe devolverlos a la serie a cuanto antes pero tampoco deben pedir que gente en el punto álgido de su carrera abandone todo para correr en su ayuda.

Si tenemos que señalar culpables la cosa está bastante clara, los dirigentes.
En los últimos años no es que hayan vendido a sus jugadores cuando a éstos se les ha quedado pequeño el campeonato argentino, sencillamente los han vendido a cualquier edad, en ocasiones sin ni tan siquiera debutar en primera.

Han buscado constantemente intereses propios y han olvidado por completo los valores que en Ríver siempre existieron y que lo llevaron a ser uno de los 10 equipos mas gloriosos del siglo pasado.

Habrá desbandada. Buonanotte se marcha al llamativo y prometedor Málaga de Pellegrini, Erik Lamela, la última joya de la cantera del equipo bonaerense llegará al calcio para jugar en la nueva Roma de Luís Enrique y no serán los últimos.

Sólo queda esperar a que éste gigante del fútbol mundial regrese a su lugar lo antes posible, que vuelvan esos grandes clásicos contra su gran rival y que todo esto no sea más que un mal sueño del que hay que comenzar desde ya a despertar.

Su hinchada es fiel y seguirá siendo la única estrella que sus dirigentes nunca podrán vender.

Por Fran Salas Balbuena.

1 comentario:

  1. Me encantó este articulo, soy argentino seguidor de Boca y acertaste en que necesitamos a river, aunque nos alegremos de que larguen a segunda, espero que sigas escribiendo del fútbol argentino porque lo has expuesto de 10, un saludo

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